Análisis Literario de Esos no son sus pasos de Wenceslao Vargas Márquez
El cuento Esos no son sus pasos de Wenceslao Vargas Márquez explora los complejos temas de la sustitución, la identidad y la despersonalización en la sociedad moderna. A través de una serie de eventos aparentemente triviales pero cargados de simbolismo, el relato ofrece una reflexión profunda sobre cómo las estructuras burocráticas y las transformaciones sociales afectan la autenticidad del ser humano.
El cuento comienza con una presentación formal de una edecán rubia que, tras entregar un folleto, introduce una explicación técnica sobre la muerte de Jacobo Specktas, un accidente que, más allá de su gravedad, es usado como punto de partida para una serie de cambios empresariales. La empresa Central de Autobuses de Nueva York, a raíz de este accidente, establece una serie de medidas para mejorar su servicio, como la sustitución de conductores y autobuses en cada etapa del viaje. Esta idea de sustitución es, quizás, el tema central del cuento, ya que se extiende más allá de los aspectos técnicos y se convierte en un concepto filosófico, afectando no solo a los elementos materiales (conductores y autobuses), sino también a las personas mismas.
La técnica de la sustitución se aplica a tal punto que los pasajeros de primera clase son reemplazados por “suplentes multifacéticos”, individuos entrenados específicamente para imitar a los pasajeros originales, hasta en sus gestos y personalidades. Este concepto resulta inquietante porque plantea que la autenticidad humana puede ser replicada hasta el punto de que el reemplazo ya no es perceptible. La sustitución se convierte en una práctica deshumanizadora, donde la verdadera identidad se pierde en aras de la eficiencia y la productividad. Este tema de la duplicidad, de los "suplentes" que adoptan los roles de los originales, cuestiona los límites entre lo auténtico y lo artificial, poniendo en duda la posibilidad de que podamos reconocer la verdadera esencia de los individuos en un mundo saturado de imitaciones.
Este concepto de sustitución encuentra su reflexión en un plano personal y cotidiano en la parte final del relato, cuando un niño comenta que no reconoce los pasos del visitante de la familia, lo que provoca una serie de dudas entre los miembros del hogar. La repetición de esta observación —“esos no son sus pasos”— resalta el proceso de desconcierto ante la transformación de algo tan fundamental como los pasos de una persona, un gesto tan rutinario y natural. Esta simple pero profunda alteración simboliza el distanciamiento de lo auténtico, de lo original, y refleja cómo los mecanismos de sustitución afectan incluso los aspectos más íntimos y cotidianos de la vida humana.
A través de este enfoque, Vargas Márquez aborda la fragilidad de la identidad en un mundo donde la automatización y la replicación son cada vez más comunes. La sustitución de personas por "suplentes" en la empresa se convierte en una metáfora de la despersonalización que afecta a toda la sociedad moderna. La identidad, en este contexto, se vuelve un constructo volátil y fácilmente reemplazable, cuestionando la capacidad de reconocer al individuo detrás de su exterior.
En resumen, Esos no son sus pasos es una reflexión crítica sobre la deshumanización inherente a los procesos de modernización y burocratización. A través de la repetición de la sustitución y la imitación, Vargas Márquez pone en evidencia cómo la autenticidad humana es cada vez más difícil de discernir, un tema que resuena con las inquietudes contemporáneas sobre la pérdida de identidad en un mundo en el que lo genuino se ve opacado por la imitación.
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