Reformas: un regreso sobre los pasos
Wenceslao Vargas Márquez
El Gobierno impulsa un paquete de reformas de las que sobresalen la que se hará a las pensiones del Issste y la que se aplicará al Poder Judicial para que los ministros sean electos por sufragio popular.
Es el caso que tanto una reforma a las pensiones como una reforma al
Poder Judicial ya se hicieron en este sexenio 2018-2024, sexenio que se fue
como agua entre los dedos (según dice cierta muy original frase).
En la postrimería del sexenio, ya muy avanzado su sexto año,
se vuelve sobre esos pasos ya recorridos en 2020 y 2021 pero que resultaron
insuficientes. En aras de la autocrítica hay que preguntarse por qué resultaron
incompletas las reformas al grado de que cuatro y tres años después, en el
mismo sexenio, hay que abordarlas otra vez. El presidente ya reconoció las
insuficiencias. ¿Qué falló?
El 16 de diciembre de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley del Seguro Social y de la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro (bit.ly/3vwy4w1). Es lo que ahora se va a revisar para adicionar en año electoral lo que se quedó en el tintero: que los jubilados ganen ya pensionados al menos lo que ganaban cuando trabajaban, y no la mitad o menos como ocurre actualmente.
El 11 de marzo de 2021 se publicó en el DOF el Decreto
por el que se declara reformadas y adicionadas diversas disposiciones de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relativos al Poder
Judicial de la Federación (bit.ly/3vITLsP). De este se revisará ahora algo que
al parecer nunca estuvo en el tintero y que es el tema de elegir a los
ministros por voto popular.
Una posible explicación por la que en 2021 no se
consideró este punto es que en la presidencia de la Corte había un ministro digamos
que alineado con las directrices políticas del sexenio. Eso cambió con la
llegada a esa presidencia de una ministra menos dispuesta para ese efecto y
orilló a una reacción que parece excesiva.
El discurso presidencial de Río Blanco, Ver., del domingo
7 de enero 2024 fustigó al tema pensionario. Llama la
atención el fuerte señalamiento discursivo contra el expresidente Ernesto
Zedillo para la creación de las cuentas individuales para el IMSSS en 1997, y
contra el expresidente Felipe Calderón por las aplicación de esas mismas
cuentas individuales al Issste en 2007.
Llaman la atención esta doble cita porque al expresidente Peña Nieto no se le mencionó, aun cuando en enero de 2016 impulsó el agravio de la aplicación pensionaria de umas en vez de salarios mínimos (bit.ly/422B1kb). Nada de fustigarlo también.
Esto ha
orillado en siete años a un deterioro tal que ciertas pensiones en 2024 paguen
con umas apenas el 43% de lo que deberían pagar si se hiciera con salarios
mínimos ($108 contra $248): menos de la mitad, y en Río Blanco se omitió la
mención.
Respecto de este último punto apenas en octubre de 2023, durante una reunión sindical magisterial internacional en la Ciudad de México, el presidente dijo que, para el caso del Issste, corregir pensiones quedaría para el sexenio próximo 2024-2030.
Al mes siguiente, el 30 de noviembre de 2023, el tema fue retirado en comisiones de una discusión legislativa al respecto bajo la explicación oficial de falta de recursos. En enero de 2024 el tema reapareció, y la pregunta sigue siendo la misma: ¿de dónde saldrá el dinero que en octubre y noviembre no había?
El 11 de junio 2024 el presidente Amlo corrigió todo diciendo por escrito -ya en limpio- que enviaría una iniciativa de ley para que los derechohabientes del Issste puedan jubilarse con menos edad. Ha sido un ir y venir de contradicciones, regresando sobre los pasos, en las que Amlo propone y Claudia paga. En las que Claudia, tarde o temprano, tendrá necesariamente que pagar.
X: @WenceslaoXalapa
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