Dos incongruencias
Wenceslao Vargas
Márquez
Celebro que se haya
enfrentado al PRI como candidato presidencial en tres ocasiones: en 1988, en
1994 y 2000.
Hoy veo en el
ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas dos incongruencias que supongo no podrá resolver
de manera satisfactoria. Las describo enseguida:
Número 1.- El ingeniero, como se le menciona usualmente, luchó en tres ocasiones contra un partido y un Gobierno que asfixiaban las libertades públicas, que buscaban ahogar a la Oposición y que no permitían las libertades de la pluralidad política.
Con ese discurso es
que se enfrentó al sistema en las tres ocasiones ya mencionadas. Hoy el partido
y el Gobierno a los que él apoya, hacen exactamente lo mismo que el PRI del que
se quejaba y el ingeniero calla. ¿Cómo es eso posible?
El PRI buscaba por todos los medios no permitir que la Oposición creciera y, de alguna manera, al menos en 1977, tuvo ese mismo PRI la voluntad de crear diputaciones plurinominales para fortalecer la pluralidad política.
Hoy, el partido y el
Gobierno en el poder, por los que se inclina el patriarca de la izquierda
mexicana Cárdenas, buscan una sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión
repitiendo lo que tantas veces hizo el PRI y no protesta el ingeniero.
Quizá la explicación
sea que los que ahora intentan el abuso son de los míos y entonces hay qué
callar. Si es así, entonces no somos demócratas plenos, sino demócratas
quejosos solamente cuando mi parcialidad es la perjudicada, y cómplices cuando
mi parcialidad es la que intenta el abuso.
Número 2.- El ingeniero Cárdenas votó por la
continuidad y el segundo piso de la 4T pero nunca supo por qué, votó a ciegas. ¿Cómo
votar por algo que se desconoce? “No sé qué es la 4T”, dijo en varias
ocasiones. Insistió en mayo de 2022. Parecía al borde de la ruptura con López
Obrador.
“No lo sé y nadie me lo ha explicado”, ha dicho varias veces. Y a pesar de no saber qué es y de que nadie se lo ha explicado, votó por la opción. ¿Cómo es esto? Leer aquí.
Es necesariamente
la incongruencia de quien vota por disciplina y –a ciegas- sin saber bien a
bien las razones. El demócrata revolucionario de 1988, 1994 y 2000 se
disciplina al espíritu de grupo. Una vez más, no lograr nacer el estadista
Hasta aquí las dos
incongruencias. Ahora, una reflexión sobre los asuntos públicos y lo estatal
para saber si hemos tenido a no estadistas.
Según conclusiones propias, la jerarquía de los
asuntos públicos es la siguiente, de arriba hacia abajo, en cinco niveles: 1)
Asuntos del Estado, 2) Asuntos de Gobierno, 3) Asuntos electorales, 4) Asuntos
del Partido, 5) Asuntos de Grupo.
Quien es aspirante
presidencial puede y debe tocar los cinco temas en el debate. Cuauhtémoc
Cárdenas se inclinó a ciegas por su grupo, el nivel más bajo de la escala, y
votó a ciegas, sin saber el motivo.
(Quien es presidente
de la República sólo debe tocar los asuntos 1 y 2: asuntos del Estado y de
Gobierno. López Obrador, por quien voté en 2018, se ocupó de todos hasta incluir a los grupos de su
partido, por ejemplo Sheinbaum contra Ebrard. Si se hubiese ocupado sólo de
asuntos del Estado habría sido un estadista. No lo quiso hacer).
@WenceslaoXalapa
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