Las jerarquías de lo político
Wenceslao Vargas Márquez
¿Cómo organizar una interpretación de la actividad política de un jefe de Estado?
De los libros que he leído, de la teoría que he estudiado, me he construido un marco para la interpretación de lo político de la siguiente forma:
La actividad política la podemos dividir en cinco niveles jerarquizados en los que el superior domina al inferior pero no debe invadirlo: el Estado, el Gobierno, lo electoral, lo partidista y lo grupal.
Uno) En la cúspide de la actividad está la que ejerce un presidente de la República sin meterse en temas de Gobierno, como los actuales reyes o los presidentes de Israel o Austria o Alemania, opacados por sus primeros ministros.
Dos) Enseguida está el Gobierno. A veces Estado y Gobierno se confunden pero desde luego que son entes distintos. En México un presidente es jefe de Estado y de Gobierno al mismo tiempo. Pero es lo mejor que el presidente se mantenga sólo en el nivel de Estado y se meta poco en temas de Gobierno que le tocan a la secretaría de Gobernación.
Tres) Más abajo está lo electoral, actividad que lo toca desempeñar principalmente al Tribunal Electoral y al Instituto Nacional Electoral. Un presidente en ejercicio ya no debe meterse aquí. Si quisiera hacerlo debería hacerlo por la vía de la secretaría de Gobernación pero no él personalmente. En el caso mexicano nuestro presidente se metió insistentemente durante la campaña.
Cuatro) Lo partidista es el siguiente renglón y el presidente tampoco, mucho menos, debe rebajar su investidura a este nivel. Un presidente jefe de Estado no debe ponerse al tú por tú con el líder de la Oposición. El presidente de México no debe desplazarse hacia abajo a buscar al líder del PAN o del PRI, para eso está el líder de Morena.
Cinco) El más bajo nivel de la jerarquía en la actividad política es el nivel de grupo. Por ejemplo, el grupo de Alito contra el grupo de Beltrones dentro del PRI. Otro ejemplo es el grupo de Sheinbaum contra el grupo de Ebrard dentro de Morena. ¿Hizo descender nuestro presidente su investidura hasta este nivel? La respuesta es que sí. Explícitamente apoyó a ella sobre él.
Ascendamos del 5 al 1: se puso explícitamente a la cabeza del (5) grupo de Sheinbaum para hacer ganar al (4) partido Morena y presionar lo (3) electoral desde su cargo de (2) jefe de Gobierno y (1) jefe de Estado.
El presidente que sólo se ocupa de los asuntos del Estado con una visión de largo plazo es el estadista. Nunca hemos tenido estadistas. Nuestro actual presidente, por quien voté en 2018, pudo haberlo sido y no quiso. Prefirió ser como cualquier otro de sus antecesores recientes.
Cuando, durante la campaña presidencial, el presidente elogiaba a Sheinbaum y hostigaba públicamente a Xóchitl Gálvez descalificándola o insultándola, degradaba su investidura desde el nivel 1 al nivel 4 o 5. Caía de jefe de Estado a jefe de partido, justo lo que reprobaba en los presidentes del PRI.
¿Por qué? Quizá porque la lógica del ejercicio del poder es una sola lógica independientemente de quién la ejerza. Las líneas generales de este comportamiento las trazó en el siglo XVI Maquiavelo en un librito con un título inofensivo: El Príncipe.
En el discurso de recepción de su constancia el 15 de agosto, Sheinbaum ha propuesto separar a Morena del Gobierno. Quiere separar los niveles 1 y 2 de los niveles 4 y 5. Zedillo propuso lo mismo hace treinta años y le llamó la sana distancia.
Es aceptar que en el sexenio que acaba indebidamente se han mezclado 1 y 2 con 4 y 5, como los mezclaba el PRI. Es aceptar que a éstos párrafos les asiste la razón.
***